SINTONIZANDO FE Y REALIDAD SOCIAL

SINTONIZANDO FE Y REALIDAD SOCIAL

jueves, 7 de noviembre de 2013

Un paso más hacia la reconciliación.

Un paso más hacia la reconciliación.
  No es fácil en nuestra sociedad que dialoguemos sin imponer nuestros  criterios, sin atrincherarnos en nuestras posiciones , abriéndonos a la opinión del otro, dejándonos interpelar y llegando a consensos y  a pequeños acuerdos.
     No es fácil, pero se puede.
   En el Aula Social Autonomía Indautxu, sesenta y ocho personas de ideologías y condiciones muy variadas, hemos intentado vivir y participar en esta experiencia y quisiéramos compartir nuestras conclusiones con el resto de a comunidad cristiana y con la sociedad en general.
    En primer lugar queremos subrayar una idea básica en este proceso, la dignidad de la persona humana, en especial de todas los que han sufrido en estos años. Todas las víctimas necesitan ser escuchadas, reparar en la medida de lo posible su sufrimiento, reconocer el daño que se les  ha causado y, sobre todo, devolverles su dignidad.
    Por todo ello  todos necesitamos hacer  autocrítica, recomponer nuestras conciencias y abrirnos con empatía a la realidad del otro sin rencor ni resentimiento. Necesitamos tiempo, algunas heridas son muy profundas,  y sobre todo voluntad sincera  de sumarnos a este camino de reconciliación, cada uno desde nuestra  historia personal.
   El reconocimiento del error y el daño, el arrepentimiento sincero personal y colectivo y el perdón liberador y profundo deben  ser eslabones clave en este recorrido ya iniciado por algunas personas, testimonios vivos ya en camino.
     Para apoyar estos cambios  debemos impulsar la autenticidad del relato de lo sucedido, de una memoria histórica lo más objetiva posible,  sin manipulaciones partidistas y malintencionadas, definiendo responsabilidades  y en continua búsqueda de la verdad, exigiendo justicia incluso a la propia justicia.
   Basados en este suelo ético, desterrada cualquier opción violenta, podemos  edificar una convivencia basada en la pluralidad-hay muchas maneras legítimas de ser vasco - ,en la solidaridad-sobre todo con los más desfavorecidos y con los que más sufren- y en la búsqueda de  amplios consensos sociales y políticos no excluyentes.
         Como miembros de la iglesia de Bizkaia nos sentimos directamente llamados a trabajar por la paz y la reconciliación.
   Nuestra iglesia tendría que ser escuela de aceptación del diferente ,evangelizadora de nuestras identidades e ideologías  y creadora de espacios de reconciliación.
   Dios al reconciliarnos nos hace reconciliadores, animadores  del encuentro, de la escucha ,del arrepentimiento y del perdón. En nuestros grupos y comunidades debemos realizar una apuesta valiente y decidida que posibilite  la autocrítica de nuestras actitudes, acciones  y omisiones ,el impulso de una lectura creyente de la realidad del momento, la revisión de  los procesos de iniciación cristiana  y  la cercanía al sufriente y al arrepentido .
   Como las pequeñas  semillas o las  pinceladas  reparadoras  en un lienzo   deteriorado estas ideas, estos gestos y estos compromisos estamos convencidos que  tendrán su fruto, un paisaje  restaurado y luminoso  que nos muestre la senda  de la paz y de la reconciliación. Un paso más.


  
  

    

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