DOCUMENTO DEL AULA SOCIAL DEL AÑO 2011
Un paso más hacia la reconciliación.
No es
fácil en nuestra sociedad que dialoguemos sin imponer nuestros criterios, sin atrincherarnos en nuestras
posiciones , abriéndonos a la opinión del otro, dejándonos interpelar y
llegando a consensos y a pequeños
acuerdos.
No
es fácil, pero se puede.
En el
Aula Social Autonomía Indautxu, sesenta y ocho personas de ideologías y
condiciones muy variadas, hemos intentado vivir y participar en esta
experiencia y quisiéramos compartir nuestras conclusiones con el resto de a
comunidad cristiana y con la sociedad en general.
En
primer lugar queremos subrayar una idea básica en este proceso, la dignidad de
la persona humana, en especial de todas los que han sufrido en estos años.
Todas las víctimas necesitan ser escuchadas, reparar en la medida de lo posible
su sufrimiento, reconocer el daño que se les
ha causado y, sobre todo, devolverles su dignidad.
Por
todo ello todos necesitamos hacer autocrítica, recomponer nuestras conciencias
y abrirnos con empatía a la realidad del otro sin rencor ni resentimiento.
Necesitamos tiempo, algunas heridas son muy profundas, y sobre todo voluntad sincera de sumarnos a este camino de reconciliación,
cada uno desde nuestra historia
personal.
El
reconocimiento del error y el daño, el arrepentimiento sincero personal y
colectivo y el perdón liberador y profundo deben ser eslabones clave en este recorrido ya
iniciado por algunas personas, testimonios vivos ya en camino.
Para apoyar estos cambios debemos
impulsar la autenticidad del relato de lo sucedido, de una memoria histórica lo
más objetiva posible, sin manipulaciones
partidistas y malintencionadas, definiendo responsabilidades y en continua búsqueda de la verdad,
exigiendo justicia incluso a la propia justicia.
Basados en este suelo ético, desterrada cualquier opción violenta,
podemos edificar una convivencia basada
en la pluralidad-hay muchas maneras legítimas de ser vasco - ,en la
solidaridad-sobre todo con los más desfavorecidos y con los que más sufren- y
en la búsqueda de amplios consensos
sociales y políticos no excluyentes.
Como miembros de la iglesia de Bizkaia nos sentimos directamente
llamados a trabajar por la paz y la reconciliación.
Nuestra iglesia tendría que ser escuela de aceptación del diferente
,evangelizadora de nuestras identidades e ideologías y creadora de espacios de reconciliación.
Dios
al reconciliarnos nos hace reconciliadores, animadores del encuentro, de la escucha ,del
arrepentimiento y del perdón. En nuestros grupos y comunidades debemos realizar
una apuesta valiente y decidida que posibilite
la autocrítica de nuestras actitudes, acciones y omisiones ,el impulso de una lectura
creyente de la realidad del momento, la revisión de los procesos de iniciación cristiana y la
cercanía al sufriente y al arrepentido .
Como
las pequeñas semillas o las pinceladas
reparadoras en un lienzo deteriorado estas ideas, estos gestos y
estos compromisos estamos convencidos que
tendrán su fruto, un paisaje restaurado
y luminoso que nos muestre la senda de la paz y de la reconciliación. Un paso
más.
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