HUMANIZANDO LA CARCEL DONDE LOS UNTIMOS DON LOS PRIMEROS.
Jorge
Muriel en su exposición compartió, entre otras muchas ideas, éstas que
resaltamos.
- Es muy fácil entrar en la cárcel, donde un porcentaje muy
grande son pobres, algunos entran dejando una familia, trabajo, amigos, otros
no dejan nada, ni nadie.
-El
tiempo máximo que un preso pasa en la cárcel es de 25 años, en la cárcel de
Basauri, los presos son mayoritariamente preventivos. Ahora hay 26 reclusos que
pertenecieron a ETA. Es de las pocas cárceles de España muy cercanas al municipio
que las acoge.
-No
todos los presos están en la misma situación. Algunos tienen apoyos y lazos
afectivos fuertes, otros solo los apoyos que les ofrecen las instituciones, las onges
o la iglesia, por ejemplo BIDESARI de Pastoral
Penitenciaria.
-Las
madres siempre están con ellos a pesar de lo que haya pasado. Las cárceles
están llenas de gente joven, en Bizkaia solo el 28% son emigrantes, por otra parte,
el 74% de las personas que están en prisión tiene adicciones y problemas
mentales.
-Una
de las consecuencias de estar en la cárcel, es que los presos no saben tomar
decisiones, porque todo lo tiene estipulado y pautado. Pierden hábitos y años
en los que fuera se avanza muy rápido y dentro todo se paraliza y ralentiza.
-Es
necesario dar una segunda, tercera y cuarta oportunidad a personas que han
cometido errores y que merecen ser tratados con dignidad mientras cumplan su
pena.
-La
Iglesia desde hace años está muy implicada con la gente que está dentro,
acompañando, escuchándolos y tratando de humanizar en lo posible su estancia en
la cárcel.
-Nos
transmitió la experiencia de la cercanía del Dios de Jesús en la cárcel donde
Jorge nos confesaba lo había encontrado y lo encuentra cada día.
-Todas
estas ideas y otras muchas más las compartió partiendo del máximo respeto a la
justicia y al dolor y al sufrimiento de todas las víctimas de estas personas
privadas de libertad.
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