“La
comunidad cristiana se siente interpelada por el mensaje del Evangelio: Dios, a
través de la Víctima pascual, Jesús Resucitado, nos reconcilia con Él. El
destrozado y eliminado trae consigo la paz y la reconciliación.
…es
preciso hacer realidad la imagen de la iglesia como “hospital de campaña” que
acoge a las personas heridas y se vuelca en su atención y sanación, sin miedo a
sufrir por ello incomodidades y riesgos. Nuestra tarea consiste en reconocer,
contemplar y respaldar la labor del Espíritu Santo en el corazón humano para
transformar la realidad social de nuestro tiempo”
Documento “Bake eta adiskidetzaren alde”
Pentecostés 2016
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