La familia siempre ha ido
cambiando, el cambio es inherente a la familia, y su flexibilidad también. Es
el mejor sistema de protección, individualmente, la familia es frágil, cuando
están todos juntos es muy fuerte.
La familia más que en crisis está
en cambio, lo que está en crisis es el matrimonio, no sólo el religioso también
el civil.
La familia como estructura puede
cambiar, lo que no debe cambiar son las funciones que realiza, como atender las
necesidades básicas, afectivas, las socialización de sus miembros, la transmisión
de la cultura y de la fe.
La familia tiene que ser escuela
de humanidad, de socialización. El Sínodo de los Obispos nos dice que hay que
dejarse afectar por la familia real. La labor de la Iglesia debe ser de
acompañamiento, de orientación y de cercanía.
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